martes, 6 de diciembre de 2011

Mi primera pequeña reflexión

     Educar en valores consiste en la transmisión de valores, principios y creencias que orienten a los jóvenes en la práctica de unas conductas sanas que les ayuden en su desarrollo y crecimiento personal. 
Su objetivo es doble: por una parte, persigue la prevención y solución de conductas antisociales provocadas por la falta de valores; en segundo lugar, el horizonte último de la educación en valores es el cultivo de una actitud mental positiva, clave de lo que se viene llamando “salud mental”, la cual es indispensable para la felicidad humana. Educar en valores es, pues, lo mismo que educar para la felicidad.
Las Administraciones e instituciones comprometidas con la educación le dan cada vez más importancia a la educación en valores, fomentando que sus principios sean parte esencial de los contenidos curriculares. ¿Por qué? Porque actualmente observamos, cada vez con más frecuencia, conductas antisociales como indisciplina, violencia, amoralidad, adicciones, etc. 
Por eso los docentes en el aula y los padres y madres, principalmente, sin olvidar a la sociedad en general, debemos reflexionar sobre la importancia de la educación en valores de los niños de ahora, que serán los adultos del futuro. Eso sí, ¡no nos olvidemos de predicar con el ejemplo! 

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